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Navidad y Año Nuevo: ¿Agobio o Alegría?

Estresantes, no deseadas, o esperadas y alegres, así contrastantes son las fiestas de fin de año. Pueden ser motivo de discordia, y nerviosismo, dominadas por el consumismo y la presión de los medios de comunicación para ser más felices durante una semana.

navidad-country-1Algo de historia no viene mal. La Navidad como la conocemos, el festejar reunidos, tiene unos 200 años, y la adopción del arbolito o papá Noël-Santa Claus, son masivos desde el siglo XX. Es una celebración que hasta el siglo 18 casi no existió, salvo alguna que otra misa conmemorativa de algunas religiones. Y un poco de geografía: las reuniones y comilonas nacen en Inglaterra entorno al año 1850, y se trasladan rápidamente a Estados Unidos, quien le suma el asunto del intercambio de regalos. Menos de la mitad del mundo celebra la Navidad como lo tenemos en mente hoy. Sólo por mencionar África, un continente entero, sabe poco de estas fiestas. O la India, con sus 1.3 millones de habitantes, casi ni se entera de la Navidad, y su año nuevo es en Abril.

Las fiestas de fin de año combinan tres elementos ‘estresantes’: reuniones, consumismo y balances.

1.- Las reuniones familiares o con amigos, alegran a unos, y ponen contra las cuerdas a otros. Supone tal vez ir a casa de quien no se tiene ganas, recibir a quien no se conoce, invitar o no alguien con quien existe una relación tensa. Ni hablar de los ausentes, quienes ya no están, que son el gran vacío de la reunión, y empañan la celebración. Es la fecha en se hacen más evidentes las ausencias que las presencias.

2.- El consumismo le sigue como problema, el compromiso de llevar o no un regalo, ponerse en gastos y endeudarse, es todo un lio. Regalos que serán a veces criticados, pero recibidos con una sonrisa de oreja a oreja, ya que las reglas de cortesía se usan mucho esos días. Por supuesto también habrá regalos de corazón, que serán agradecidos.

3.- El balance, ese tedioso análisis de cómo nos fue durante el año, lo que permanece, lo que ya no está, lo que salió bien y lo que fue mal, lleva a reflexiones que nos producen una carga extra. En esa euforia hay deseos y convicciones que el año próximo será mejor, y se realizan proyecciones de todo tipo.cena-navidad-familia

Las recomendaciones ‘psicológicas’ podrían ser las siguientes:

>Reuniones: a veces menos es más, algo sencillo y austero en familia puede ser garantía de un buen momento. No obligar a quien no quiera reunirse, y respetar a quienes valientemente a veces deciden quedarse solos en casa. Ser flexibles y comprender a otros.

>Consumismo: simplemente no hacer gastos innecesarios, muchos regalos quedan olvidados en un rincón. Lo que no se olvidan son las deudas, cuidar el bolsillo. Y pensar también que tanto regalo, cajas, papeles, contaminan el medio ambiente, haciendo en un día la basura de una semana.

>Balance: en ese cambio de año, que la nueva etapa imaginaria sirva para pequeños propósitos, que son más fáciles de logar, y evitan frustraciones.

Disfrutar las fiestas como personas sensibles que somos, en tranquilidad y sencillez. Pensar que es una oportunidad de estar con quienes aún están sanos y vivos, entre ellos cada uno de nosotros, y valorar la oportunidad. Que es al mismo tiempo una Navidad más, y una menos, en el tren del tiempo que nunca podremos detener.
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