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Mi pareja, una relación especial

Leo un artículo de Andrés Rodriguez  sobre las relaciones de pareja y Un Curso De Milagros:

“Cada individuo que ha llegado a este mundo ha olvidado quién es. Sin embargo, ha venido aquí para recordarlo. La mente busca su plenitud a través del mundo de los sentidos físicos, que es lo único que ha aprendido a comprender y lo único que por ahora reconoce, y ocurre como consecuencia de haberse identificado a sí misma con un cuerpo.”

Siempre digo que somos cuerpos e ignorar esto es ignorar lo que hemos venido a hacer aquí, es ignorar lo que somos y eso, aunque algunos piensen distinto, en mi opinión hay que vivir esta dimensión tal como es y no como querríamos que fuera, de otro modo sería negarse la enseñanza que nos toca aprender.

Nos identificamos con un cuerpo y vivimos y viviremos así hasta el último de nuestros días en este lugar, porque a eso hemos venido. Estamos en una dimensión dual y que utiliza “el físico” como canal de aprendizaje para evolucionar como seres espirituales, aunque suene a contradicción.

Y en ella son muy importantes las “relaciones especiales” que se producen para crecer, y tienen connotaciones muy particulares.

“Las relaciones especiales son «el regalo más ostentoso del ego», o en otras palabras, el autoengaño más profundo de la mente. Esta es la razón por la que el Curso las señala como un elemento importante en el proceso de sanación mental y de hecho, un medio a través del cual la mente puede despertar.”
Las relaciones especiales son nuestro mayor espejo, el lugar donde proyectamos más y con más fuerzaRelaciones de pareja-univergia nuestros miedos, nuestros odios, nuestros prejuicios… y a pesar de que vemos al otro como una entidad separada que nos influye, en realidad no es más que una extensión de nosotros que como dice Andrés, utilizamos para juzgarnos de forma inconsciente.

Pero eso no es malo, es parte de ese crecimiento, de ese aprendizaje. “Si la mente cree que la salvación está afuera, el Espíritu utiliza esa creencia para sanar a la mente que la cree». Y esto es sencillo de entender si se comprende que todo lo que le das al otro, te lo das a ti mismo, o en otras palabras, lo que enseñas es lo que aprendes.

El otro se convierte así en un espejo perfecto en el que puedes observar qué es lo que piensas acerca de ti mismo. Y si ves al otro con ira, te estás atacando a ti mismo. Si le juzgas, te estás juzgando y condenando. Si no tienes fe en él, has perdido la fe en ti. Si ya «no te sirve», tu sistema de pensamiento no te sirve. Y si no tienes esperanza en él, te has abandonado completamente a la desesperanza y al dolor.”

Tenemos que aprender a vernos en “el otro” y entender por qué hacemos lo que hacemos, por qué pensamos lo que pensamos, sólo así lograremos aprovechar todo el potencial de su enseñanza. pareja-gritándose-univergiaEntender que el otro no nos va a dar nada que nos haga mejores de lo que ya somos y que la felicidad que perseguimos no sigue un camino de fuera hacia dentro, sino de dentro hacia fuera.

El Ego nos pondrá a prueba una y mil veces en nuestras “relaciones especiales”, nos hará ver nuestros defectos en el otro y nos permitirá creer que hay una culpa y que esta no nos pertenece, es el ficticio descargo de culpas de nuestra existencia dual, pero creciendo, aprendiendo, siendo conscientes, podremos entender que no es más que un espejo que está ahí para vernos tal como somos.

Si queremos ver…

Quizá a alguien que lea esa entrevista desde el lado del Ego, con una dualidad muy acentuada, quiera ver el desastre en todo ello, pero nada más lejos de la realidad. Todo esto no significa que las “relaciones especiales” sean algo malo, al contrario, son una de las formas de crecimiento más grandes que tenemos en esta dimensión.

Como dice Andrés: “¿Existe un verdadero enamoramiento? Por supuesto que existe, y puede reconocerse por sus resultados…”, “…el proceso de sanación de la relación especial es un proceso de liberación mental.”

Aprender a mirarnos en ese espejo, no abandonarnos en el camino fácil de traspasar la responsabilidad de nuestra existencia al otro, saber crecer juntos y entender que “ambos individuos se ven fortalecidos mutuamente por la relación cuando la ponen bajo el mando del Espíritu, el cual responde inmediatamente y de manera específica, de forma que la relación comienza un profundo e intenso proceso de cambio que liberará sus mentes para siempre.”

Sed felices y disfrutad de vuestras “relaciones especiales” con el espíritu.

Podéis escuchar a Andrés en esta entrevista de Sophia Rascon Aquí

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