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Lo tenemos delante de las narices y no lo vemos

La vida es un juego maravilloso: emocionante, misterioso, divertido, excitante. Como cualquier otro juego tiene sus propias reglas, su propia lógica. Que, por supuesto, hay que conocer para poder ganar. En este caso, ganar no sería otra cosa que ser feliz, que sentir que se está acertando con lo que se ha elegido. En muchas circunstancias y para mucha gente la vida, sin embargo, es una experiencia desagradable. Algunas personas incluso optan por salir AJdel juego, por abandonar la partida, no viendo salida al lío en el que se han metido.

Con respecto al Amor – que es una de las cosas sobre las que más me gusta reflexionar- te diría que es igual de emocionante, excitante, misterioso y divertido que la vida. No podría ser de otra manera, ya que es una parte de ella. Aprender a entender la lógica del amor es básico para que éste nos satisfaga. Mucha gente se reconoce enemistada con el amor y esto no es más que la consecuencia de no comprenderlo, de no comprender por qué suceden las cosas que suceden y, por qué no decirlo, de compararse con otras personas y pensar por qué a ellos les va bien y a mí me va mal. Evidentemente para que así ocurra, para que a otros les vaya bien y a ti no te esté yendo tan bien debe estar ocurriendo algo. Y es esencial descubrir qué es.

Muchas veces son cuestiones invisibles (karma, transgeneracional, miedos) las que provocan que no esté funcionando esto del amor, que no encontremos a la pareja idónea, que no se despierte en nosotros el amor por la persona adecuada que nos haría sentir el amor de manera intensa y maravillosa.

Aprender y ahondar en todas estas cuestiones es consecuencia de un proceso de crecimiento personal en el que todos los que visitamos esta página nos encontramos.

En este proceso de crecimiento personal, unos a otros nos vamos dando pistas de por qué no nos está funcionando lo que estamos haciendo o lo que hemos hecho hasta ahora. Un día de pronto  encuentras a alguien por el camino que te dá la clave, que te aconseja: haz esto o haz lo otro. Y quizá ese día sientas que tu suerte ha cambiado.AMOR

Por supuesto: no es cuestión de suerte. Pero sí es verdad que en determinados momentos hay que cambiar las cosas que hacemos para que el resultado también cambie, para que el resultado sea otro del que venimos obteniendo. Tomar conciencia de qué hemos estado haciendo hasta ahora, de por qué y qué podríamos hacer en adelante es parte de esa estrategia que cualquier jugador de cualquier juego se debe preguntar para llevar sus fichas con éxito a la última casilla de la partida.
En este caso: AL AMOR.

Autor: Rafael Jurado

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