La Relación Santa, el camino hacia el amor incondicional
La relación Santa es la columna vertebral del Curso de Milagros, de hecho, es mencionado desde el capítulo 17 al 22, se le dedica mucho texto porque es a través de ella dónde vamos a trabajar los principios fundamentales del libro, como el perdón y la expiación.
¿Qué es la Relación santa? Es toda relación en la que el Amor de Dios es latente, en dónde me veo a mi mismo en el otro, es lo que ya hemos escuchado muchas veces, es el espejo, la persona que está frente a mi soy yo mismo. Y se trata de reconocer en el otro al hijo de Dios como inocente.
Por eso la relación santa se aplica a cualquier forma que adquiera en la estructura social, da igual que sea mi padre, mi pareja, mi vecino o un desconocido.
Lo que se pretende UCDM es que se tome conciencia de que todos somos uno, por ende, lo que diga o haga a la otra persona me lo estoy haciendo a mi mismo, es eso que tantas veces oímos o decimos sin darle tanto valor, “no hagas a los demás, lo que no quieras que te hagan a ti» Esto que parece tan simple, en la aplicación cotidiana no es tan sencillo, estamos tan programados que incluso siendo conscientes y estudiando Un Curso De Milagros, es lo más fácil de olvidar y volvemos a caer en las trampas del ego que levanta su estandarte del juicio.
La Relación Santa lo que pretende es que te comprometas con el Espíritu Santo a perdonar y que puedas ver a Cristo en el otro, te comprometes a no juzgar y a “ver más allá del error de tu hermano”, es tener una visión “neutra” sin estar contaminada por prejuicios, sin dejar que el ego te diga como tienes que ver, es la entrega de cualquier pensamiento negativo a pesar de la resistencia que oponga el ego para impedirlo.
Esto es un trabajo de hormigas, es algo que se va construyendo ladrillo a ladrillo, hasta que un día verás que lo normal es ver las relaciones de esta forma.
Ya sabes que el curso está perfectamente estructurado para la transformación y no es “casualidad” que hable tanto de este tema, cuando nos dice que hay que entregar las relaciones al padre y no hacer nada más, es la herramienta más poderosa que nos da. El mismo curso sabe que la mayor parte de las veces no podremos ver al otro con los ojos de Cristo, cuando una persona nos ataca, o vemos a alguien infligir dolor, la reacción inmediata será responder de la misma forma, o salir huyendo.
Si en ese momento puedes detenerte un instante y ser consciente de que lo único que importa es la relación divina y reconoces tu divinidad, es en ese momento dónde entregas esa Relación al Espíritu para que limpie todo lo que nos causa dolor, por eso no tienes que hacer nada, es entregarlo de corazón y confiar. Lo que nos pide es que no ataquemos y que perdonemos sin justificaciones. El propósito es re-aprender a relacionarnos, tal como Dios lo quiso desde siempre, desde la unidad y no de la separación o la dualidad y especialmente desde el Amor.
¿Como practicar?
Empieza con la persona que tienes más cerca o la que te viene a la mente, será tu catalizador para procesar todo lo que tienes en contra de todo el mundo, simplemente trabajando con la relación y entregándosela al Padre con todo tu corazón para que sirva sólo para sus propósitos. De esta forma te comprometes con el Padre a no juzgar o condenar a este ser.
Recuerda que cada crítica te la haces a ti mismo, cada reclamo es a ti mismo, si al principio no puedes evitarlo no importa, sigue esforzándote, lo importante es que cada vez que lo hagas te des cuenta, hasta que llegará un momento en que te morderás la lengua antes de hablar, ahí empezará tu transformación. Digo esto porque sé que puede ser muy desalentador al principio no ser capaz de tener la mente recta y caer en la ilusión, sabiendo lo que sabemos.
Cuando veas a un hermano haciendo algo que no es de Dios, debes recordar que está en el mundo de la ilusión, bendícelo, entrégaselo a Dios para que vea con sus ojos, puedes orar por él. Cuando oras por alguien, lo amas. Cuando oras por otro ser, tu corazón se abre.
Abre tu visión, expande tus horizontes para ver las relaciones en grande, no te enganches en pequeños detalles que no soportas del otro, aquí el único perfecto es el Espíritu Santo. Todos nosotros tenemos fallos, no aspiremos a ser perfectos sino a dar el mejor amor que podamos dar. Pasemos por alto. Soltemos esto, veamos lo bueno de la otra persona.
Amar es una elección. Amando elegimos ver en el otro sólo lo bueno. No podemos ni imaginar la dicha que aporta una relación santa. Es lo que todos anhelamos, lo que realmente queremos es la unión. Lo mas terrible es la condición de estar separados. Vemos el dolor del otro, el problema del otro, pero es nuestro propio problema. Así que estamos llenos de soledad y es hora de romper esa soledad.
Porque finalmente la relación principal en la vida es la relación con tu creador, pero la única manera en que la realidad de esa relación con Dios se vuelve manifiesta, es a través de tu relación con tu hermano. A Dios se le habla aquí o sino no tiene sentido.
Lo único que el espíritu santo quiere es que desees ir en dirección a Dios, eso es todo lo que nos pide. Que tu desees hacer lo bonito, lo noble, lo que enaltece.
Fuentes: Seminario de Rosa Ma. Wynn, extracto de Fernando String.

Crecer, vivir de forma sana y saludable, conectar con el Yo interior… es un camino que debemos hacer nosotros mismos, pero no estamos solos.