El egoísmo es parte de la felicidad
Una de las mayores lecciones que he aprendido sobre compartir me sucedió hace mucho tiempo, era una escena en la que un padre quería obligar a su hijo pequeño a ceder a un amiguito su juguete nuevo, recién estrenado, argumentando que en esta vida hay que saber compartir. Parece lógico y de buena persona, ¿verdad?
Un educador que estaba cerca nos dio una lección a todos de esas que son de una lógica aplastante pero que pocas veces caemos en ella. Para poder compartir primero hay que tener.
El padre con la mejor intención del mundo quería hacer ver a su hijo que las buenas personas comparten, pero, ¿cómo compartir lo que aún no tienes?, y lo más importante, ¿cómo hacer lo que no sientes?
Este educador nos explicó que el niño acababa de recibir su nuevo juguete y que en su experiencia vital, aún lo estaba asimilando, lo que estaba haciendo el padre sin saberlo, era cortar la experiencia de hacer suya la nueva posesión, debía permitir que el chico viviera esa experiencia y una vez él sintiera eso como suyo, lo compartiría de forma natural, de lo contrario, lo que sentiría no es que lo comparte, sino que se lo arrebatan.
Y así fue, un rato después el chico busco a su amigo para jugar juntos, sin mediación alguna de ningún adulto.
Hemos pervertido las palabras y los hechos, hemos cargado de negatividad cosas que sólo son negativas cuando las hacemos de forma maligna pero que por su natural no lo son, uno comparte lo que tiene y lo que es pero para ello, debe ser y debe tener, la caridad y la felicidad empiezan por uno mismo.
Así que recuerda siempre que pensar primero en ti no es algo malo, es básico para poder pensar en los demás, si tu no existes no te puedes dar, si tú no tienes felicidad, no la puedes transmitir a los demás.
Se egoísta para ser mejor persona y la mejor prueba la vas a tener en este texto, las personas equilibradas y felices lo entenderán perfectamente, los que tengan carencias, lo verán como una muestra de egoísmo que no será más que el reflejo de esa falta de amor y felicidad en uno mismo y hacia uno mismo.

Crecer, vivir de forma sana y saludable, conectar con el Yo interior… es un camino que debemos hacer nosotros mismos, pero no estamos solos.