Decodificando emociones: ¿Ansiedad o depresión?
Sentada tras la mesa en un café, con la mirada fija, bebiendo su zumo y revolviéndolo con la pajita como se revuelven los pensamientos en su cabeza, la pierna no para de moverse en un repetitivo tic que se ha transformado en algo involuntario e inconsciente que le sobreviene en cualquier momento y lugar, mirando la TV, en la tumbona de la playa…, y ahora en el bar.
La mano de su chico en la pierna la sorprende, la mira fijamente para que pare y tome conciencia de lo que está haciendo. ¿Tic nervioso o algo más?
Es incapaz de centrarse en lo que está haciendo, su mirada se pierde entre los coches del aparcamiento y las parejas de las mesas cercanas, está ahí sentada pero su mente divaga por un laberinto de pensamientos confusos, el astuto ego la está llevando por el juego de la comparaciones malsanas, aquellas que miden lo que eres por lo que tienes, por los logros, las certificaciones académicas… Podría escribir una lista muy larga de esas cuestiones existenciales nocivas.
Estoy segura que muchos hemos pasado por momentos así, lo preocupante es cuando ese estado se hace habitual, un simple tic nervioso puede ser la punta del iceberg. Decodifiquemos ese mensaje: ¿ansiedad o depresión?
Tus pensamientos y palabras son una forma de energía vital que tienen la capacidad de interactuar con todo el organismo y producir cambios físicos muy profundos.
La ansiedad es un conjunto de respuestas emocionales y corporales frente a distintas situaciones cotidianas, es la forma que tiene nuestro cuerpo de reaccionar frente a una alerta, como estar concentrado al conducir y evitar que nos durmamos por ejemplo. El problema está cuando se pasa más tiempo preocupado por el futuro, por querer resolver situaciones o peligros que aún no han sucedido y que ni siquiera sabemos si sucederán. La ansiedad bloquea la capacidad de vivir en el presente.
Cuando dejamos que esa preocupación y nerviosismo nos sobrepase se va transformando en tristeza y ya no somos capaces de disfrutar de nada, es cuando empezamos a entrar en el camino de la depresión. Por algo, a la ansiedad, la llaman “la cara oculta” de la depresión. Me gusta mucho como la define Louise L. Hay: “Es la falta de confianza en el proceso de la vida que fluye”
Si en ese momento en que tu cuerpo reacciona con un tic, tomas conciencia, te darás cuenta que es tu imaginación la que asume el poder, puedes ser más fuerte que esos pensamientos y decidir que no tienes que demostrar nada a nadie, que tu eres tú, con tus errores y virtudes, como todo el mundo.
Ahora bien, cuando se persiste en ese estado y la reconducción se hace muy difícil, quizás se deba buscar bloqueos inconscientes. Desde el enfoque de la bioneuroemoción, en personas con tendencia depresiva se observan:
*Conflictos pendientes de resolver con el progenitor del género contrario.
*Refleja en su pareja las emociones inexpresadas con su progenitor.
*Rechazo de ayuda.
*Incremento de rencor o ira, falta de confianza en las personas cercanas.
*Heridas emocionales en la niñez, rechazo, humillación, injusticia, abandono, traición, etc.
*Profunda tristeza interior.
*Deseos de tener una vida diferente.
*Inconformismo entre lo que se es y lo que se pretende ser.
*Sentimientos de limitación de espacio/territorio (personas, trabajo, casa, animales).
*Necesidad de atención.
Es importante que te hagas preguntas para encontrar las causas, como por ejemplo:
*¿He vivido de joven alguna presión?
*¿Qué ha pasado en mi infancia que hace que mi vida actual me parezca tan insignificante?
*¿Es la pérdida de un ser amado, la razón que no consigo ver del rumbo de mi vida actual?
¿Qué podemos hacer para combatir la ansiedad y la depresión?
*Centrarse en la respiración abdominal. Cuando te asalten pensamientos que te alteren, lleva el foco de atención a la respiración y ello calmará por sí solo al cerebro.
*Cuidar la alimentación, mantener una dieta equilibrada y sana, baja en carbohidratos y azúcares.
*Prestar atención a los pensamientos, no justificar los estados de ánimo bajos en vibraciones, centrarse en el qué, el por qué y no en el cómo. Si te sientes triste, piensa en sentirte alegre, en cosas alegres. No focalices en el problema, siempre céntrate en lo que deseas y olvídate de cómo lo conseguirás.
*Revisa tus creencias, no ofrezcas resistencia a los cambios.
*Modifica tus expresiones verbales. Transforma lo negativo en positivo. La palabra es una forma de energía vital
“En algunos estudios se ha podido fotografiar con tomografía de emisión de positrones, cómo las personas que decidieron hablarse a sí mismas de una manera más positiva, específicamente personas con trastornos psiquiátricos, consiguieron remodelar físicamente su estructura cerebral, precisamente los circuitos que les generaban estas mismas enfermedades.”
*Activa tu nivel de conciencia, estate atento a las decisiones que tomas.
*Se coherente entre lo que dices y haces. Cuando decimos «voy a hacer esto» y no lo hacemos, alteramos físicamente nuestro cerebro. Tu mayor potencial reside en tu propia Conciencia.
*Activa tu cuerpo, el ejercicio físico mejora la comunicación corporal.
*Descansa y duerme bien, no por hacer más cosas llegarás más lejos o alcanzarás la meta más rápido.
«Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro».
Santiago Ramón y Cajal
Fuente: Diccionario de Biodescodificación
El Gran Diccionario de las dolencias y enfermedades de Jacques Martel
Sott.net, «El Efecto de las Palabras no dichas»

Crecer, vivir de forma sana y saludable, conectar con el Yo interior… es un camino que debemos hacer nosotros mismos, pero no estamos solos.