De la Dependencia a la Serenida
«La serenidad es aquella actitud del espíritu humano, que permite responder ante cualquier evento o situación sin dejarse llevar por sentimientos o emociones desestabilizadores. Una persona serena es una persona pacífica y en paz con su entorno y para con los demás.»
¿Hay serenidad en tu vida?, ¿O hay hilos invisibles que te controlan, haciéndote dependiente de ataduras que no logras reconocer o resolver?
Vivimos en una sociedad agresiva, en todos los sentidos, basta salir a la calle y coger el coche, agresión en las carreteras, agresión en las relaciones laborales y sociales fomentadas por la competencia, mercados agresivos, medicina agresiva y esto se traduce también en las relaciones personales.
Es una característica de quien grita más alto o quien se impone ante el otro, en un intento desesperado de mostrar la fuerza y la superioridad, cuando en realidad eso sólo esconde un miedo increíble a no ser escuchado, a no ser visto, a no ser valorado, en definitiva, a no ser querido.
Cuando en medio de ese frenesí te encuentras con personas serenas, sosegadas, que no pierden su paz aunque un desastre nuclear se avecine, admiras a esas personas y a la vez te irritas porque no entiendes como no pueden perder los nervios en medio de todo el caos, te produce una desestabilización emocional y hasta te enfadas ¿o no?, pero en realidad lo que deseas es tener ese estado, porque eso es el estado natural del ser, esa es la magia transformadora que tu alma te implora.
¿Te preguntarás como lograr esa paz mental?, para ello tienes que cultivar la ecuanimidad, ese es el antídoto que podrá neutralizar la ambición, la ansiedad y la competencia. Para ello tienes que observarte a ti mismo desde un punto neutral. Vivimos en un mundo dual donde todo se experimenta a través de la oscilación de un punto a otro, así comprendemos a través del contraste, pero más allá de esos puntos extremos, en el vaivén del péndulo, hay un tercer puto que está en el medio y es ahí donde te debes posicionar como observador neutral.
Cuando encuentras ese punto de serenidad o sosiego empiezas a incluir todo, sin sensación de culpa, sin miedo, experimentas todas las emociones sin juzgarlas, simplemente dejas que sean, no hay bueno o malo, blanco o negro, víctimas o verdugos, sólo hay una emoción que experimentar.
Si tu mente empieza a juzgar es cuando rompes el equilibrio y empiezas otra vez en el vaivén. Activa tu respiración consciente como llave para adentrarte en la calma, no necesitas ansiolíticos, necesitas respirar y expirar unas cuantas veces y estabilizar tu cuerpo y mente, cultiva la atención consciente, no hay nada más que el ahora.
De esta manera, poco a poco, podrás mantener una visión global, podrás encajar las frustraciones, aceptar las responsabilidades, lograr la independencia emocional, aprenderás a tener paciencia y a cultivar tu espíritu de servicio. Estarás creciendo.
Posiblemente aún sientas que estás anclado a necesidades o adicciones, un trabajo, una pareja, dinero, estatus social, sustancias, etc., pues si es así tienes que aprender a encajar esa frustración aceptando tu situación actual y confiando que esas cadenas se romperán, porque no es el estado natural de tu ser.
Pero para que esto pase, no tienes que estar en una actitud pasiva esperando que un rayo salvador caiga del cielo y te ilumine o te dé el antídoto mágico, tú y sólo tú eres quien se ha encadenado y esclavizado, puedes seguir creyendo que tienes que cargar con esa cruz, que es lo que te ha tocado vivir, que es tu karma, o buscar e indagar entre la oscuridad de esas dependencias y abrir los ojos, tienes que querer ver qué hay más allá de esas ataduras.
Puede que te hagas mil preguntas, los famosos por qué, y no veas que nada cambie, pero eso no es así, estamos en constante movimiento y un día, cuando menos te lo esperes, verás esa luz que estabas buscando, el famosos “clik”.
Se trata de algo que, con apariencia de inocente, revoluciona sutilmente todas las cosas. Ante estas circunstancias, uno siente que ha llegado su momento. Sabe que ha tocado fondo. Ahora en su vida se borran viejos dibujos mientras algo nuevo nace y se reorienta.
No hay estancamientos, todo es experiencia, incluso la esclavitud y dependencia aportan beneficios de aprendizaje, sobre todo para nuestra conciencia.
Y verás resurgir alguien nuevo, grande, con coraje, una persona desconocida, con fuerza renovada, estás presenciando un nuevo amanecer, estás naciendo a una nueva vida, a una nueva experiencia con más discernimiento y conciencia.
Fuente: «Inteligencia del alma» de José María Doria.

Crecer, vivir de forma sana y saludable, conectar con el Yo interior… es un camino que debemos hacer nosotros mismos, pero no estamos solos.