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Meditación - Univergia

Cómo meditar y por qué

Cuando nos decidimos a meditar, quizá lo hagamos porque alguien nos ha explicado los muchos beneficios de esta práctica y buscamos escapar del estrés, de la presión, o quizá sentimos la necesidad de conectar con nuestro ser interior, de callar nuestros pensamientos o de encontrar paz.

Algunos envuelven esta práctica en un halo de misticismo o divinidad y esto puede confundir a los principiantes y crearles expectativas que les provoquen, o bien frustración por no alcanzar ciertos objetivos, o bien miedo de que la meditación escape a sus posibilidades.

No esperemos “cosas mágicas” (como hice yo), no esperemos que un ángel se aparezca o que una voz nos hable, ni entrar en trance y viajar a otra dimensión o ver vidas pasadas, no digo que estas cosas no ocurran, porque hay gente que tiene este tipo de experiencias, pero no es lo “habitual” y además, estamos aprendiendo algo nuevo y eso siempre requiere un poco de paciencia y disciplina.

Relajación - UnivergiaLos pensamientos, sentimientos, recuerdos, imágenes, sonidos…, son como las capas de una cebolla que envuelven nuestro verdadero ser, lo ocultan y hacen que proyectemos una idea del yo real distorsionada o una imagen de la personalidad creada por el ego. La meditación nos ayudará a quitar esas capas para poder llegar al corazón blanco y en ese centro, encontrar el verdadero ser y la paz.

Algo que quiero aclarar es que  no se es más o menos espiritual porque no hagas lo mismo que los demás, cada uno tiene su tiempo, su camino y su experiencia y las cosas deben hacerse cuando se siente de corazón, hay que dejarse llevar y fluir y si ya empezaste con la meditación, no desistas porque vayas lento, recuerda que la meditación dará sus frutos y es importante para:

  1. Desarrollo de la conciencia del ser
    Sin ser conscientes de nuestro ser espiritual y de que somos nosotros quienes creamos nuestros sentimientos y pensamientos, no podemos ver qué hacemos de forma errónea.
    Nadie externo a nosotros es la causa, el por qué nos sentimos de una forma u otra, no hay responsables o culpables fuera o fuentes que provoquen esos sentimientos, todo es una ilusión. La meditación eleva nuestro nivel de conciencia del ser interior y nos hace responsables de cuidar nuestro estado interno y nuestra creación.
  2. Auto-control
    Auto-control no significa que debamos manejar los sentimientos y pensamientos con firmeza, doblegándolos, no es una lucha, sino todo lo contrario. El control interno es ser un observador desapegado de los pensamientos y sentimientos, dejándolos fluir pero siendo consciente de lo que son.
  3. Crear nuestro estado
    Lo que vivimos en la forma o en la “vida práctica” no es otra cosa que la proyección de nuestro estado interior, a medida que somos cada vez más conscientes podemos ir creando este estado. Si nos levantamos por la mañana de mal humor, por más que el día sea espléndido, lo veremos todo negro y todo lo que nos pasará a lo largo del día seguramente sea poco positivo.
    La meditación nos da la habilidad de trabajar al nivel más profundo de nuestra conciencia, al nivel del alma y así poder elegir desde nuestro interior lo que queremos vivir (un día gris o un día soleado)
  4. Comunicación desde el corazón
    La vida son relaciones y las relaciones implican comunicación, el éxito y satisfacción de nuestras vidas depende de tener una adecuada y sana comunicación con los demás. La práctica de la meditación, que esencialmente es un viaje hacia el corazón, nos ayuda a ver y a comprender los bloqueos internos, las barreras y las cargas que distorsionan nuestra comunicación con los demás.

Y si estos argumentos te han animado y lo vas a intentar, te dejo algunos tips para tus comienzos en el siguiente ejercicio, luego tú mismo/a encontrarás tu método o forma, encomiéndate siempre al espíritu, esa es la mejor guía que tendrás.

Ejercicio Práctico

Empieza realizándola durante 10-15 minutos y a medida que adquieras práctica alarga el tiempo. Pon una alarma si es necesario para que no estés pendiente del reloj.

1. Encuentra el lugar apropiado

Si ya encontraste tu hora ideal, es hora de hallar el lugar. Te recomiendo que sea en un lugar seguro como tu casa o algún recinto donde todos mediten y nadie te moleste, puedes poner música suave y algún incienso. Crea tu espacio si eso te ayuda.

2. Siéntate confortablemente y con la espalda recta

Sobre el suelo o en una silla, tienes que estar cómodo, pero no es necesario hacer posturas raras, puedes sentarte en posición de loto si te sientes bien en ella o simplemente sentarte normal.

3. Puedes hacerlo con los ojos cerrados o abiertos

Si es la 2º opción deja a que tu mirada descanse en algún punto frente a ti. Puedes utilizar una vela, un paisaje, un punto en el horizonte, etc., pero hazlo de forma relajada. Puedes parpadear normalmente (parece una tontería decir esto, pero hay quien lo pregunta).

4. Enfócate en tu cuerpo y tu respiración

Pon atención a cada parte de tu cuerpo. ¿Qué sienten tus pies, tus piernas, tus brazos? ¿Sientes frío o calor?

Enfócate en la respiración. Siente cómo el aire entra por tu nariz. Localiza el punto donde el aire toca por primera vez tu cuerpo, normalmente es la punta de la nariz. Inhala, siente cómo se llenan tus pulmones y cómo expulsas el aire. Focaliza cada punto del trayecto que recorre el aire en tu cuerpo y céntrate en cada sensación.

5. Elimina ruidos durante la sesión

Primero y más importante: Apaga el móvil. Si vives en una ciudad, lo más probable  es que el ruido sea constante y te desconcentres, si es así y algún ruido te saca de tu meditación no te alteres, no es un problema, escúchalo, analiza qué es y luego regresar a lo tuyo con normalidad, con la practica aprenderás a abstraerte mas y mas profundamente.

6. Conviértete en el observador de tus propios pensamientos

No intentes dejar de pensar, simplemente sé el observador, ni juzgar ni ser arrastrado por tus propios pensamientos, simplemente observar.

7. Crea un pensamiento para ti mismo, sobre ti mismo

Por ejemplo: «Soy un ser pacífico».

8. Mantén ese pensamiento en la pantalla de tu mente

Visualízate a ti mismo en un estado pacífico, tranquilo y calmado.

9. Permanece tanto como puedas en la conciencia de ese pensamiento

No luches con ningún otro pensamiento ni recuerdos que puedan venir a distraerte. Si aparecen simplemente obsérvalos pasar y vuelve al pensamiento creado, «soy un ser de paz».

10. Reconoce y aprecia los sentimientos positivos y cualquier otro pensamiento positivo que emerja directamente de este único pensamiento

11. Permanece estable en esos sentimientos durante unos pocos minutos

Sé consciente de los pensamientos que no tienen relación con esos sentimientos. Gradualmente se ralentizarán y empezarás a sentirte más pacífico.

12. Termina tu meditación

Con tus ojos cerrados durante unos breves momentos, creando un completo silencio en tu interior.

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